Macario se vale de las herramientas que le proporcionan la historia y el análisis económico para identificar y separar los hilos de la confusa maraña que constituye nuestro siglo XX y echar por tierra algunas de las ideas erróneas que los mexicanos hemos aprendido desde la escuela: por ejemplo defender la herencia liberal aun donde ni remotamente existe; creer en la revolución como un proceso continuo y uniforme aún cuando la lucha de Obregón contradiga la de Madero.
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